El Parque Güell (Park Güell en su denominación original) es un gran jardín con elementos arquitectónicos situado en la parte superior de la ciudad de Barcelona (España), en la vertiente que mira al mar de la montaña del Carmelo, no muy lejos del Tibidabo. Pertenece al barrio de La Salud, en el distrito de Gracia. Ideado como urbanización, fue diseñado por el arquitecto Antoni Gaudí, máximo exponente del modernismo catalán, por encargo del empresario Eusebi Güell. Construido entre 1900 y 1914, fue inaugurado como parque público en 1922. En 1984 la Unesco incluyó al Parque Güell dentro del Lugar Patrimonio de la Humanidad «Obras de Antoni Gaudí».
El Parque Güell es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí: pertenece a su etapa naturalista (primera década del siglo XX), periodo en que el arquitecto perfecciona su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, poniendo en práctica toda una serie de nuevas soluciones estructurales originadas en sus profundos análisis de la geometría reglada. A ello añade el artista catalán una gran libertad creativa y una imaginativa creación ornamental: partiendo de cierto barroquismo sus obras adquieren gran riqueza estructural, de formas y volúmenes desprovistos de rigidez racionalista o de cualquier premisa clásica.[1] En el Parque Güell desplegó Gaudí todo su genio arquitectónico, y puso en práctica muchas de sus innovadoras soluciones estructurales que serán emblemáticas de su estilo organicista y que culminarán en la Sagrada Familia.
El parque fue concebido por Güell y Gaudí como un conjunto estructurado donde, dentro de un incomparable marco de belleza natural, se situarían unas viviendas de alto standing, con todos los adelantos tecnológicos de la época para procurar el máximo confort, con unos acabados de gran calidad artística. Asimismo, idearon un conjunto impregnado de un fuerte simbolismo, ya que procuraron sintetizar en los elementos comunes del parque muchos de los ideales tanto políticos como religiosos que compartían mecenas y arquitecto: así, serán perceptibles en el conjunto conceptos procedentes del catalanismo político –sobre todo en la escalinata de acceso, donde se representan los Países catalanes–, y de la religión católica –en el Monumento al Calvario, ideado en principio como capilla–. También es importante el elemento mitológico: según parece, Güell y Gaudí se inspiraron en el Templo de Apolo de Delfos para su concepción del parque.[2]
Por otro lado, numerosos expertos han querido ver en el parque una serie de referencias de variado signo, debido a la compleja iconografía aplicada por Gaudí al conjunto del proyecto urbanístico, referencias que van desde la reivindicación política hasta la exaltación religiosa, pasando por la mitología, la historia o la filosofía. En concreto, muchos estudiosos pretenden ver referencias a la masonería, hecho poco probable debido a las profundas creencias religiosas tanto de Gaudí como del conde Güell, y en todo caso no probado por ningún indicio objetivo en toda la historiografía del arquitecto modernista. La multiplicidad de símbolos desarrollada en el Parque Güell es, como se ha dicho, de signo político y religioso, en todo caso con cierto carácter mistérico debido al gusto de la época por los enigmas y acertijos
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